En el marco del D�a de la Exportaci�n �Exportaciones: de la Transici�n al Crecimiento�, actividad organizada por la C�mara de Exportadores de la Rep�blica Argentina, Federico Sturzenegger brind� las palabras de clausura.
Presentamos aqu� el discurso completo:
Es un placer poder compartir este foro, en un momento que a mi entender amerita mucho optimismo sobre el pa�s.
De hecho, estamos convencidos de que nos encontramos en un momento bisagra, que ser� el comienzo de un per�odo de varias d�cadas de crecimiento sostenido.
Es particularmente importante para m� hablar aqu�, porque los procesos de crecimiento sostenido son aquellos en los que la sociedad logra movilizar sus recursos productivos en pos de aumentar la oferta de lo que producen. Las econom�as crecen en forma consistente a largo plazo s�lo si mejoran su capacidad productiva, y no bas�ndose un�vocamente en impulsos transitorios de demanda. Para el complejo exportador esto es especialmente crucial, ya que, a fin de cuentas, enfrenta una demanda definida, poco modificable, la cual no es otra que la de todo el mundo. Entonces, conquistar esos mercados nuevos tiene todo que ver con mejorar la capacidad productiva, que conlleve a bajar costos y precios.
Tenemos un pa�s que durante demasiados a�os apost� al pensamiento �m�gico� de que s�lo aumentando la demanda podr�a generarse un proceso de crecimiento sostenido. Ese tipo de razonamientos nos han nublado la vista, nos han confundido y desgastado. Y m�s grave a�n, desenfoc� nuestras energ�as de donde deber�an estar: siempre atentos a mejorar la capacidad productiva de nuestra Naci�n, el �nico camino para que todos podamos vivir mejor.
En concreto, �desarrollar nuestro potencial productivo� implica, por un lado, acumulaci�n de capital f�sico, para lo que se requiere ahorro, p�blico y privado, y derechos de propiedad claros; acumulaci�n de capital humano, para lo que es indispensable un sistema educativo de calidad; acumulaci�n de tecnolog�a, para lo que se necesitan pol�ticas que fomenten la competencia y la innovaci�n; y el aprovechamiento de nuestros recursos naturales, para lo que es preciso un Estado de derecho y regulaci�n inteligente. Todas a su vez dependen de una condici�n necesaria: la garant�a de una macroeconom�a ordenada, con sustentabilidad fiscal y baja inflaci�n, porque si el sendero fiscal no es sustentable, a la postre se producen crisis, y las crisis afectan inexorablemente los derechos de propiedad, los marcos regulatorios, y el funcionamiento del sistema econ�mico en su conjunto; y si la inflaci�n no es baja, los horizontes de inversi�n se acortan, disminuye el ahorro en activos dom�sticos, y se debilita la competencia en los mercados (porque los consumidores no saben cu�nto valen las cosas).
No hay m�s secretos que eso. Quien hable de crecimiento sin hablar de la oferta, de la capacidad productiva, estar� mirando la pr�xima baldosa, y avanzar� con movimientos espasm�dicos sin capacidad de transformar su marcha en un verdadero camino a recorrer.
Es por ello que la situaci�n actual amerita el optimismo. Porque por primera vez en muchos a�os tenemos un gobierno que ha decidido levantar la mirada para pensar en el largo plazo.
Por poner un ejemplo concreto, Infraestructura es una de las �reas en donde mayores ganancias de productividad se est�n logrando. No s�lo porque las mismas obras eran un 50% m�s caras en el gobierno anterior, sino porque hoy se priorizan en funci�n de su rendimiento econ�mico y no de afinidades pol�ticas.
Pong�mosle algunos n�meros para captar la magnitud de los beneficios que esto implica. Los gastos de capital en Argentina durante los �ltimos diez a�os han sido en promedio de 2,5% del PBI anuales. Una gesti�n transparente de dicho gasto hace que ese mismo monto permita construir obras que antes hubiesen costado un 3,75% del PBI. Este mayor impacto ser�a el dividendo de eliminar la corrupci�n en la obra p�blica. A su vez, la priorizaci�n de los proyectos seg�n su retorno social aumentar�a a�n m�s su rendimiento. Por ejemplo, si la mejor asignaci�n duplicara la productividad de esa inversi�n, el 2,5% del PBI inicial, transformado en 3,75%, equivaldr�a entonces a 7,5% del PBI. En resumen, reducir la corrupci�n y duplicar la tasa de retorno de los proyectos multiplica por tres (es decir, aumenta en 200%) el impacto de la inversi�n en infraestructura sobre la econom�a.
Perm�tanme ilustrar esta posible mejora en la productividad del gasto, con un ejemplo que todos ustedes conocen: el Metrobus. El de La Matanza, por ejemplo, permitir� que 220.000 personas ahorren 40 minutos por d�a. Si s�lo tenemos en cuenta los d�as laborales (es decir no computamos los beneficios para los automovilistas, la menor contaminaci�n ambiental y sonora, la menor incidencia de accidentes y seguridad f�sica de los pasajeros, el menor desgaste de la flota de transporte p�blico, etc.) esto significa un ahorro de m�s de 2.900.000 horas por mes para toda esa gente. A un valor promedio de $77 por hora1 , los ahorros anuales de ese Metrobus sumar�an, al menos, $2.700 millones. Para una obra que cost� $1.700 millones, eso implica que se repagar�a en tan s�lo 230 d�as de uso. Asumiendo un horizonte de diez a�os, la TIR del proyecto ser�a de 159% anual. Por ello no tengo dudas de que aese 2,5% de gasto de capital del ejemplo anterior seguramente se le podr� aumentar en forma significativa su rendimiento, y si tenemos proyectos con tasas de retorno de 159% al a�o, creo que se entiende el punto que quiero enfatizar.
Pero estas son �reas donde los interlocutores desde el gobierno son otros. Hoy quiero concentrarme en los temas que corresponden a mi gesti�n. El equilibrio monetario, la lucha contra la inflaci�n, y el rol del tipo de cambio flotante en ese esquema.
La coyuntura de la macro
Arranquemos con la macro. �D�nde est� la econom�a hoy? Actualmente llevamos cuatro trimestres de crecimiento desde que comenz� la recuperaci�n, y todo indica que el trimestre que estamos transitando ser� el quinto en esta secuencia positiva. La actividad econ�mica est� creciendo a un ritmo de 4% anualizado, y esperamos que este dinamismo se mantenga en los meses venideros.
En cuanto a los factores que explican ese crecimiento, las exportaciones dieron el impulso inicial durante la segunda parte del a�o pasado y en el primer trimestre de este a�o, mientras que la inversi�n comenz� a revitalizarse en el �ltimo de 2016, y paulatinamente fue cobrando cada vez m�s fuerza, para pasar a ser el principal motor de crecimiento en el segundo trimestre de este a�o. El consumo se sum� a esta evoluci�n en 2017, mostrando ya dos trimestres consecutivos de aumentos desestacionalizados.
Toda una multiplicidad de indicadores muestra la robustez de la reactivaci�n en curso. Los niveles de inversi�n en equipo durable de producci�n se encuentran en m�ximos hist�ricos, con incrementos interanuales que superan el 13% en t�rminos reales. La importaci�n de bienes de capital se encuentra creciendo a raz�n de 19% i.a. en d�lares en el segundo trimestre. Y los brotes verdes ya se ven en la enorme mayor�a de los sectores productivos. La actividad de la construcci�n aument� 17% respecto el a�o pasado seg�n los �ltimos datos disponibles. Y tambi�n la industria, con el EMI dando cuenta de un aumento de 6,6% interanual, en el que 11 de los 12 rubros que lo componen est�n presentando variaciones positivas.
El sector inmobiliario, gracias a la introducci�n de las UVAs, tambi�n est� mostrando un dinamismo sorprendente. Las UVAs son el instrumento que le han devuelto a la Argentina la posibilidad de hacer contratos a largo plazo. En el mes de julio, se otorgaron $255 millones de cr�ditos hipotecarios por d�a, una cifra que no se ve�a en a�os, y que alimentar� el crecimiento sostenido de la construcci�n. En realidad, el acceso general a financiamiento est� aumentando a tasas muy elevadas. No s�lo los pr�stamos hipotecarios, los prendarios y los personales, que se encuentran subiendo a tasas del 41%, 64% y 55% interanual, respectivamente, sino que tambi�n el cr�dito comercial total en julio aument� un 45% respecto del a�o anterior. Este conjunto de elementos no nos dice otra cosa m�s que la econom�a argentina est� en marcha. El desaf�o ahora es potenciar ese crecimiento y sostenerlo de forma duradera en el tiempo.
La coyuntura de las exportaciones
Con respecto a la situaci�n que atraviesa espec�ficamente nuestro sector exportador, quer�a plantearles hoy una visi�n un poco m�s en perspectiva. No perdamos de vista que en el a�o 2011 logramos alcanzar un nivel de exportaciones cercano a los U$S 83.000 millones, pero que desde entonces las mismas han declinado continuamente hasta llegar en 2015 a poco menos U$S 57.000 millones. Por supuesto que los precios de nuestros exportables fueron un factor relevante para explicar ese fen�meno, pero las cantidades exportadas cayeron un 18% en esos a�os. En 2016 las cantidades revirtieron esa tendencia, increment�ndose un 6,6%, pero el punto que quiero enfatizar es que disponemos de la capacidad instalada para volver a ese pico de U$S 83.000 millones.
No es novedad para ustedes que los exportadores durante ese per�odo de franco deterioro de las ventas externas fueron v�ctimas de una serie de ataques que minaron su actividad cotidiana. El cepo, la presi�n impositiva a trav�s de retenciones y dem�s tributos, las restricciones cuantitativas, y la corrupci�n, fueron todos condimentos que generaron esa decadencia.
Si desde aquel pico de U$S 83.000 millones en 2011 hubi�semos crecido, digamos, a un 3% anual, hoy estar�amos exportando por el equivalente a unos U$S 99.000 millones, un 73% m�s que el nivel actual.
En 2016 empez� a evidenciarse un repunte en las ventas al exterior. Las medidas implementadas por el Gobierno Nacional permitieron que la cosecha total haya alcanzado las 137 millones de toneladas, creciendo 9,3% respecto a la anterior. Se trata de un monto que los pron�sticos m�s optimistas auguraban para dentro varios a�os, pero que se ha alcanzado en tan s�lo dos. Eso demuestra nuestras capacidades como pa�s para salir adelante y crecer.
Tambi�n es de destacar nuestro potencial para la exportaci�n de servicios, que en 2016 aumentaron un 30% en relaci�n a 2015, y para 2017 vienen acumulando un 50% de incremento respecto del momento de cambio de administraci�n. A su vez, las exportaciones industriales han comenzado a revertir el declive ininterrumpido que ven�an sufriendo desde 2011, las cuales entre ese a�o y el 2015 hab�an experimentado una merma del 38% acumulado. En la primera parte de 2017 se encuentrancreciendo un 10% respecto de igual per�odo del a�o anterior. Este fen�meno se explica en buena medida por el din�mico desempe�o de los sectores automotriz y metalmec�nico, pero de todos modos presenta una elevada difusi�n al interior de los distintos rubros de las MOI.
El renovado vigor de las exportaciones industriales tambi�n se explica en el hecho de que estamos evidenciando una mayor diversificaci�n de los destinos en los cuales colocamos nuestros productos. Ante la situaci�n econ�mica en Brasil, se observa que destinos como Chile, Centroam�rica, Per�, Estados Unidos y China son algunos de los que han servido de sost�n para este crecimiento. El sector automotriz, por ejemplo, es uno de los que est� comenzando a explorar m�s intensamente nuevas alternativas de mercados.
El esquema macroecon�mico
�Cu�l es el marco que posibilita esta reactivaci�n y qu� garant�as genera para que una recuperaci�n como �sta, que Argentina ha vivido muchas veces, se transforme en un proceso de crecimiento sostenido?
En el a�o 2015 un equipo de personas se sent� a pensar los detalles del programa macroecon�mico a llevar a la pr�ctica en el caso de que los argentinos votaran por el cambio de gobierno. Casi todos los de aquella amplia mesa ocupan hoy lugares en la Administraci�n Nacional. De ah� surgieron los lineamientos b�sicos del camino que vamos recorriendo. El plan empezaba con una definici�n pol�tica: la correcci�n de los n�meros fiscales, insoslayable para la construcci�n de una macro estable, ser�a gradual.
Esto no obedec�a a otro prop�sito que encarar el proceso de ordenamiento de Argentina con un fuerte foco en lo social. Pensemos lo siguiente, cada punto de producto que crece Argentina implica un aumento de los recursos del Estado de 0,3% del PBI. Un crecimiento del 9,2%, que es el que el REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado publicado por el BCRA) espera para los a�os 2017, 2018 y 2019, implica entonces una mejora en los recursos fiscales de 2,8% del PBI. Esto quiere decir que, administrando bien los recursos p�blicos actuales, no incrementando autom�ticamente el gasto en reacci�n a la mejora de ingresos, el camino para la sustentabilidad fiscal est� trazado. Algunos critican a este gobierno diciendo que se trata de un enfoque demasiado pasivo para el ordenamiento de las cuentas p�blicas. Yo digo que es algo que nunca ocurri�. Hasta ahora ning�n gobierno tuvo la responsabilidad de contener el gasto cuando se beneficiaba de un incremento en los ingresos. Adem�s de esto, hay que sumar las mejoras de eficiencia en el uso de los recursos. Hace unos momentos coment�bamos lo que est� ocurriendo en Infraestructura, pero ese razonamiento puede extenderse, con una gesti�n honesta y profesional, a todas las �reas de gobierno. Otro cap�tulo le corresponder�a a la reforma tributaria, que mejorar� la eficiencia de nuestro sistema impositivo. El equipo que hoy lleva adelante estas iniciativas en los Ministerios de Hacienda y de Finanzas, es, a mi entender, uno de los m�s id�neos y competentes que el pa�s podr�a haber convocado para realizar esta tarea. Como saben ustedes de sus empresas, este tipo de cambios no se logran con grandes ideas sobre cosas que alguien no se dio cuenta que hab�a que hacer, sino con trabajo duro y consistente durante un largo per�odo de tiempo.
Dada esta definici�n de convergencia fiscal gradual, se derivaba entonces una segunda, que era la necesidad de financiamiento transitorio y declinante del Banco Central al Tesoro. Esto simult�neamente impon�a la necesidad de un plan de desinflaci�n tambi�n gradual. La decisi�n clave que se tom� era que dicho plan no usar�a como ancla el tipo de cambio, sino que el ancla ser�an las metas de inflaci�n, y se adoptar�a un tipo de cambio flexible. Asimismo, como en todos los pa�ses del mundo, las condiciones de liquidez se manejar�an con la tasa de inter�s, calibrando entonces las condiciones monetarias, de forma tal de conducir la inflaci�n en funci�n de las metas estipuladas.
Este esquema no se trataba de una invenci�n improvisada, sino que part�a de dos lecciones b�sicas. Es un esquema que hab�a servido muy exitosamente en econom�as como la nuestra. Y, segundo, Argentina hab�a tratado de usar en un sinn�mero de veces el tipo de cambio como ancla, con resultados a la larga desastrosos. Sobre todo, para el grupo que hoy me escucha.
Entonces, el programa macro se resume en lo siguiente: convergencia fiscal gradual, reducci�n gradual de la inflaci�n a trav�s de metas y tipo de cambio flotante.
Habiendo transcurrido un a�o y medio desde el lanzamiento de dicho programa, podemos decir que la carta de presentaci�n para este esquema macroecon�mico es que Argentina ha retomado la senda del crecimiento, con expectativas de seguir creciendo, y que la inflaci�n es la m�s baja de los �ltimos siete a�os, con perspectivas de que continuar� descendiendo hacia adelante. Es un proceso que se ha logrado sin acumular desequilibrios bajo la alfombra, cuidando de manera permanente la sostenibilidad del mismo. En lo que hace a la evoluci�n de los precios, la desinflaci�n comenz� a palparse a lo largo del segundo semestre del a�o pasado, cuando la inflaci�n sum� un 8,9% acumulado, lo que signific� un ritmo de 18,5% anualizado.
Ahora bien, �qu� podemos esperar de la pol�tica monetaria y del proceso de desinflaci�n hacia adelante? En un esquema de metas de inflaci�n, se elige la tasa de inter�s nominal de forma tal que la real ex-ante genere las condiciones monetarias necesarias para inducir el proceso de desinflaci�n. Fue as� que durante el segundo semestre del a�o pasado fuimos acompa�ando la baja evidenciada de la inflaci�n con la de la tasa de referencia. La autoridad monetaria, cada vez que decide una baja, tiene que ponderar su evaluaci�n de la marcha del proceso de desinflaci�n, a los fines de calibrar la velocidad y magnitud de las acciones a tomar. Nuestro diagn�stico hoy, a la luz de este monitoreo, es que la baja de tasas fue m�s abrupta de lo que requer�a el proceso, y en un lapso demasiado breve, lo cual relaj� las condiciones monetarias m�s de lo necesario, y gener� una suba en la inflaci�n por encima de la buscada por el BCRA en el trimestre de febrero a abril de este a�o.
Fue por ello que, a partir del 2 de marzo, el BCRA comenz� un nuevo ciclo de contracci�n monetaria, que implic� una suba en la tasa de referencia de 150 puntos b�sicos, en conjunto con operaciones de mercado abierto para restringir las condiciones de liquidez vigentes en el mercado, y que resultaron en un aumento de la tasa de la LEBAC m�s corta de 430 p.b., mientras que la m�s larga subi� 480 p.b. La persistencia de la inflaci�n n�cleo nos convenci� que deb�amos seguir firmes en esa postura, y de hecho el d�a de hoy creemos que es indispensable mantenerse para acercar la desinflaci�n a los valores que buscamos.
El 1,4% y 1,2% de inflaci�n mensual en mayo y junio volvieron a dar indicios alentadores, llevando la inflaci�n interanual a 21,7%, la menor en siete a�os. Julio por otra parte mostr� una suba de 1,7%. Y aunque la interanual sigui� cayendo para llegar al 21,4%, es un n�mero que no deja satisfecho al BCRA, aun sabiendo que fue un mes donde gran parte de los aumentos fueron decisiones sobre precios regulados (nafta, prepagas, etc.). Tampoco nos satisface el que la inflaci�n de los �ltimos tres meses haya retornado en t�rminos anualizados a un valor cercano al 18%. Por ello, hacia adelante, el BCRA persistir� en su posici�n restrictiva, y la intensificar� de ser necesario, para llegar a fin de a�o a niveles cercanos al 1% mensual, valor requerido para encaminar el proceso de manera consistente con la meta del a�o que viene, centrada en una inflaci�n de 10% anual.
El camino recorrido en los �ltimos 12 meses implic� una baja de 23 p.p. en la inflaci�n interanual, que pas� de 44,2% en julio del a�o pasado, al 21,4% actual. Quiz�s bajar esta inflaci�n hacia la meta propuesta para el a�o que viene luzca un poco ambicioso, �pero no se hubiera dicho lo mismo el a�o pasado cuando planteamos reducir la inflaci�n dr�sticamente este a�o?
Uno de los elementos m�s importantes es que este proceso de desinflaci�n se ha recorrido en el contexto de un tipo de cambio flotante. Esto implica que el tipo de cambio no puede desviarse muy significativamente de sus valores de equilibrio, tal cual se vio reflejado en la evoluci�n de los �ltimos meses.
De hecho, dec�amos en una conferencia en la UIA all� por noviembre del a�o pasado: �(�) En este esquema cambiario, las depreciaciones o apreciaciones nominales nunca son susceptibles de ser anticipadas. La raz�n es sencilla. Si todos supieran que la moneda se va a depreciar, se depreciar�a inmediatamente; y dejar�a de pensarse que es obvio que se va a depreciar, porque esto ya habr�a ocurrido.�
Evaluemos con esto en mente el devenir de distintas medidas de nuestra competitividad cambiaria en el �ltimo tiempo. El Tipo de Cambio Real Multilateral se encuentra un 23% m�s alto que el vigente antes de la eliminaci�n del cepo, y lo que es muy pero muy importante destacar, a la luz de la experiencia hist�rica argentina, es que hoy el tipo de cambio real se ubica en un valor pr�cticamente igual al que ten�a en la misma �poca el a�o pasado (para ser exactos, 1,7% m�s bajo), pero con una inflaci�n que se redujo a la mitad en el �nterin. Estamos bajando la inflaci�n sin apelar a un ancla cambiaria, sin esa ancla cambiaria que muchas veces se intent� en el pasado, y que tantos dolores de cabeza le ha tra�do a nuestro pa�s.
Si profundizamos un poco m�s en el an�lisis, veremos que el tipo de cambio real bilateral con Brasil, uno de nuestros socios comerciales m�s relevantes, est� un 46% m�s depreciado que antes de la apertura del cepo. Tampoco olvidemos las mejores condiciones que generaron para nuestras exportaciones la reducci�n de las retenciones y la modificaci�n de los reintegros. Contemplando este efecto, el tipo de cambio real efectivo se ubica un 32% por encima del valor previo a la unificaci�n cambiaria. Por supuesto que estos son valores promedio para toda la econom�a, dado que existe una cierta diversidad sectorial. Si s�lo nos enfocamos en las manufacturas industriales, la mejora es cercana al 28%. Dentro de este rubro, el sector automotriz ha sido uno de los que experiment� un mayor aumento de su competitividad cambiaria, la cual se vio incrementada en aproximadamente un 33%.
Pero, reitero, lo m�s importante es que este esquema cambiario les garantiza que, independientemente de la coyuntura, el tipo de cambio va a estar m�s o menos en los niveles adecuados. Considero que eso les brinda a ustedes mucha tranquilidad de cara al futuro. Porque implica la certeza de que el tipo de cambio no se usar� como mecanismo o ancla para cumplir otros objetivos.
El tipo de cambio flexible posee dos funciones centrales para la econom�a. Por un lado, nos permite acomodarnos ante shocks externos. Por ejemplo, una crisis en Brasil que deprecia su tipo de cambio, requiere un movimiento en el mismo sentido del peso. Es importante esta flexibilidad para proteger la actividad interna y nuestro entramado productivo frente a dicho evento. Durante el �ltimo a�o y medio el tipo de cambio ha estado cumpliendo este papel, de una manera verdaderamente muy efectiva y muy r�pida. Posibilit� que el Brexit, las elecciones en EE.UU. y la crisis pol�tica en Brasil no afecten a la recuperaci�n dom�stica.
La segunda funci�n tiene que ver con el rol del tipo de cambio en mantener a la econom�a en un sendero de crecimiento sostenido. Por ejemplo, como dec�amos, en los �ltimos meses se ha consolidado un proceso de reactivaci�n en donde la actividad econ�mica se encuentra creciendo a un ritmo del 4% anualizado. Ahora, el desaf�o es sostener este dinamismo en el tiempo, y ah� es donde juega su papel indispensable el tipo de cambio flotante, que Argentina nunca supo implementar. Es sabido que todo ciclo de crecimiento genera cierto impulso importador, m�xime cuando lo que tracciona ese crecimiento son las inversiones, que muchas veces aumentan la demanda de bienes de capital importados. Pero, precisamente, es el movimiento en la paridad cambiaria lo que permite que el sector externo se vaya acomodando ante esta situaci�n, y se garantice as� la sostenibilidad en el tiempo de nuestra balanza de pagos.
Para cuantificar un poco lo que ya ha significado el cambio de esquema monetario-cambiario que estamos implementando, la correlaci�n entre la tasa de devaluaci�n mensual y la inflaci�n mensual se desplom� notoriamente desde diciembre de 2015. Por tomar un ejemplo, entre los a�os 2011 y 2015 la correlaci�n entre inflaci�n y devaluaci�n era del 73%. En contraste, desde diciembre de 2015 hasta el d�a de hoy esa correlaci�n se ubic� en torno a 18%. Ve�a ayer en televisi�n una publicidad de una cadena comercial que congel� los precios de los productos de su marca entre junio y el pr�ximo enero. Es un ejemplo que viene al caso, porque para estos productos la correlaci�n entre precios y tipo de cambio cae a cero por definici�n. Con el tiempo ser� cada vez m�s clara esta disociaci�n.
Esto demuestra que el r�gimen de metas de inflaci�n con tipo de cambio flotante est� cumpliendo progresivamente el cometido de disociar los movimientos cambiarios del resto de los precios dom�sticos, lo cual le imprime un enorme potencial al tipo de cambio como amortiguador de vaivenes internacionales.
Este fen�meno es el resultado de permitir que suba y que baje alternadamente en el tiempo . Desde la apertura del cepo, el 53% de los d�as el tipo de cambio subi�, y el 47% de los d�as baj�. La �nica forma de que los movimientos de la paridad cambiaria puedan ser m�s cotidianos y menos dram�ticos para la sociedad es garantizando la flexibilidad suficiente, como para que pueda subir y bajar acorde a los flujos de divisas en el mercado de cambios, sin que estos deslizamientos perjudiquen nuestra actividad econ�mica en general.
Por supuesto, esto no obsta a que por momentos el mercado presente condiciones de liquidez que generen movimientos disruptivos de la paridad cambiaria, donde el Banco Central puede decidir intervenir en caso que lo considere apropiado. Sin ir m�s lejos, en el �ltimo a�o y medio hicimos esto en cinco ocasiones (febrero, marzo, abril y junio del a�o pasado, y durante las semanas previas a las PASO de este �ltimo domingo).
Ahora bien, en este contexto de un tipo de cambio que sube y que baja, la estrategia �ptima de manejo financiero para todas aquellas empresas cuyo flujo de caja se encuentra expuesto a la volatilidad cambiaria (como es obviamente el caso de ustedes) consiste en tomar coberturas en el mercado de futuros. Adoptando estas coberturas se acota dr�sticamente la volatilidad de vuestros ingresos en pesos, y permite una planificaci�n financiera con un grado de certidumbre mucho mayor. Por otra parte, dado que la devaluaci�n esperada en el mercado de futuros est� arbitrada con la tasa de inter�s en pesos2 , y en vistas de que el BCRA buscar� garantizar una tasa de inter�s real positiva, tomar una cobertura en el mercado de futuros puede implicar un retorno real positivo adicional para el flujo de caja del negocio. S�lo por mencionar un plazo puntual aqu�, los contratos de d�lar futuro a diciembre est�n operando en torno a $19,30. T�nganlo en cuenta. Espero que de a poco se vayan animando a incursionar en la toma de coberturas en estos mercados. En la experiencia de flotaci�n cambiaria de Chile se puede ver c�mo las empresas fueron volc�ndose cada vez m�s a la utilizaci�n de estos instrumentos para acotar incertidumbre en sus planes de negocio.
El acceso al cr�dito
Termino mi descripci�n del esquema macro con un tema complementario pero informativo: el costo de financiamiento para empresas exportadoras. Como ustedes saben, el sistema financiero argentino alberga dep�sitos en d�lares y en pesos. La idea es que los dep�sitos en d�lares puedan ser canalizados hacia el financiamiento de actividades de exportaci�n.
En este a�o y medio hemos reinterpretado lo que quiere decir �actividades de exportaci�n� de una manera, al mismo tiempo segura desde el punto de vista regulatorio, pero tambi�n algo m�s amplia desde el punto de vista pr�ctico. Fue as� que expandimos los destinos hacia los cuales las entidades financieras pueden aplicar su capacidad prestable en moneda extranjera, y se permiti�, por ejemplo, que los proveedores de empresas exportadoras accedan a este fondeo. Tambi�n se habilit� que una porci�n de los dep�sitos en d�lares pueda ser destinada a pr�stamos para proyectos referidos a la ganader�a bovina y energ�a. A fines de abril se abri� la posibilidad de financiar a los importadores de productos o servicios argentinos, mecanismo mediante el cual los bancos argentinos podr�n transformarse en fuente de fondeo para clientes de empresas exportadoras argentinas del exterior, cumpliendo un rol similar al que cumplen los bancos de desarrollo en otros pa�ses (como el BNDES de Brasil y el EXIM Bank en EE.UU., por ejemplo). Por primera vez en a�os, las empresas argentinas pueden salir al mundo, ofreciendo productos y el financiamiento para los mismos.
Esto ha producido un verdadero cambio. Ya habr�n visto c�mo las tasas de inter�s de los cr�ditos locales en d�lares orientados a empresas de exportaci�n se desplomaron a valores in�ditamente bajos, de un rango de entre 5 y 6% a fines del a�o 2015, a uno actual de entre 2 y 3% anual. Y su volumen creci� de 2.900 millones de d�lares a 13.900 millones al d�a de hoy, lo cual representa un crecimiento del 379% acumulado.
Si se lo complementa con el hecho que las tasas de inter�s comerciales en pesos tambi�n han ca�do significativamente (durante el a�o han oscilado entre 20 y 23%), se entiende que el cr�dito comercial est� creciendo al 45% anual. Cabe destacar que el sector exportador es de los que m�s se ha visto beneficiado por las mejores condiciones de acceso al cr�dito.
Con esto cierro el mensaje que quer�a transmitirles hoy. Ustedes tienen un papel clave para el �xito de este pa�s. Sepan que este BCRA tiene bien en claro eso. Quiero brindarles la seguridad de que Argentina transitar� su desinflaci�n sin anclas cambiarias, y que pondremos todos nuestros esfuerzos en garantizar que est�n dadas las condiciones para el crecimiento sostenido del pa�s.
Muchas gracias.
1Computado a partir del ingreso medio por la ocupaci�n principal que surge de la EPH del 1er trimestre de 2017, para el total de los aglomerados urbanos.
2 Una referencia al respecto puede encontrarse en: ��Existe bicicleta financiera en Argentina?�, publicado el 8 de mayo de 2017 en el Blog �Ideas de Peso� del BCRA.
16 de agosto de 2017